En el marco de la sección de la Asociación de Básquet dedicada a conocer a nuestros jugadores, presentamos a Tomás Olmos, un joven de 21 años oriundo de Rosario del Tala, quien desde los 4 años ha encontrado en el básquet su gran pasión.
Si bien Tomás probó suerte en el fútbol, su corazón siempre estuvo con el básquet. La competitividad, la posibilidad de viajar y enfrentarse a distintos equipos fueron algunos de los factores que lo cautivaron desde pequeño y lo impulsaron a seguir por este camino.
El destino lo llevó a Bancario gracias a la invitación de un entrenador y el recibimiento cálido del club. «Me sentí cómodo desde el primer día y hasta hoy sigo aquí», asegura Tomás, quien encontró en esta institución un espacio ideal para su desarrollo.
Tomás proviene de una familia conformada por su mamá, su papá y su hermano mayor, a quien considera un ejemplo a seguir. Aunque su familia no es basquetbolista, siempre han estado ligados al deporte y lo han acompañado en su camino. «De chico siempre me acompañaban, ahora, al estar en otra ciudad, no tanto, pero siempre hay un mensaje deseando éxitos».
Desde niño, su sueño fue jugar en primera, y su objetivo es seguir compitiendo y disfrutando del básquet, sin dejar de lado su otra gran meta: recibirse de profesor de Educación Física y especializarse como preparador físico para deportistas.
Si bien el ritmo del básquet le dificultó los estudios en algunos momentos, hoy en día se encuentra enfocado en ponerse al día y avanzar en su carrera. «Este deporte demanda mucho tiempo y es agotador, pero ahora tengo un poco más de tiempo y me estoy organizando mejor».
Para Tomás, cada partido es una oportunidad para dar lo mejor de sí. «Siempre pienso en ganar y en aprovechar cada minuto dentro de la cancha. No importa si es un minuto o todo el partido, trato de dejarlo todo en cada jugada».
Con su experiencia, Tomás aconseja a los más pequeños que nunca se rindan. «Todo llega en su momento. El éxito es fruto del esfuerzo y la disciplina constante».
Para él, el básquet es más que un deporte: es su refugio, su pasión y su solución a los problemas. Aunque no tiene un ídolo en particular, jugadores como Luciano Tantos, Teko Gerez e Isac Monti han sido una fuente de inspiración para él, tanto por su talento como por los consejos que le han dado a lo largo del camino.
Con dedicación y ganas de superarse, Tomás Olmos sigue adelante en su sueño de combinar su amor por el básquet con su futura profesión, demostrando que la perseverancia y la pasión son claves para alcanzar los objetivos.